Luis Buñuel y el surrealismo.
Y un bonus con Truffaut.
El surrealismo fue heredero directo del Dadaísmo y estuvo influenciado por las teorías de Freud y el pesimismo, producto de los estragos surgidos al finalizar la Primera Guerra Mundial en Europa. Este movimiento estético se manifestó en la poesía, la pintura, el teatro y el cine.
El español Luis Buñuel fue uno de los más grandes representantes de este movimiento, aunque él solo haya considerado a “Un perro andaluz” y “La edad de oro” como sus únicas películas surrealistas, su filmografía completa está llena de momentos en los que el inconsciente se desboca produciendo imágenes poéticas e irracionales. Tal es el caso de la hermosa y misteriosa película “Los olvidados” hecha en México en 1950. Esta película marca el regreso de Buñuel, tras haber estado quince años en total silencio, convirtiéndose en su obra más relevante de su "etapa mexicana”.
“Los olvidados” obtuvo el premio al "Mejor director" en el Festival de Cannes y fue nombrado "Memoria del Mundo" por la Unesco.
La película nos cuenta una historia trágica y realista sobre la vida de unos niños en un barrio marginal de la Ciudad de México, manteniendo escenarios reales y aunque no tuvo un casting profesional, la estética del film está perfectamente cuidada, destacando algunos planos subjetivos, la secuencia onírica o esos fundidos en negro tan elaborados que ayudan al ritmo de la película. Todo ello unido a escenas surrealistas propias de su estilo.
La labor fotográfica en B/N de Gabriel Figueroa es también digna de elogio, con un estilo del tipo expresionista muy marcado durante toda la película.
Buñuel consiguió una obra rica, no solo en contenido sino también en forma, todo ello, evitando poner el final optimista y engañoso.
Película completa de "Los olvidados": http://vimeo.com/57837968
Fuente: http://www.gencinexin.com/
Bonus: Fotografía de Luis Buñuel con el director francés François Truffaut: http://criterioncollection.tumblr.com/. (Cuentan las malas lenguas que François le lavó los platos, le hizo todas las bebidas y le dio fuego a Luis cada vez que se lo pedía. Todo y más con tal de que le contara qué había dentro de la cajita de “Belle de Jour” (1967). ¡Pobre Truffaut! ¿Habrá conseguido su tan ansiado anhelo después de tantas atenciones?)
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